Lenguas alóctonas de México

Aunque el español es la lengua mayoritaria de México, el inglés es usado ampliamente en los negocios. El dominio del idioma inglés es una característica muy demandada en la búsqueda de empleados profesionistas, lo cual ha llevado a un incremento exponencial en la cantidad de escuelas e institutos de enseñanza del inglés y la mayoría de las escuelas privadas ofrecen educación bilingüe e incluso lo que se ha denominado «bicultural». También es un idioma importante y se habla en las ciudades fronterizas, pero en éstas, al igual que en algunas del lado estadounidense, se ha mezclado con el español creando un dialecto híbrido llamado espanglish. El inglés también es el idioma principal de las comunidades de inmigrantes estadounidenses en las costas de Baja California y por colonos mormones en el estado de Chihuahua cuya lengua materna sigue siendo el inglés desde 1912.

No se tienen datos oficiales acerca de la presencia de otros idiomas no indígenas en el territorio mexicano. El INEGI los incluye dentro de la categoría Otras lenguas extranjeras, aunque en sus tabulados finales no se desglosan cuáles son esas lenguas extranjeras.

El Instituto Lingüístico de Verano calculaba que a mitad de la década de 1990 existían 70 000 hablantes de bajo sajón en la república. La mayor parte de ellos se asientan en los territorios semidesérticos de Chihuahua, Zacatecas, Durango, Tamaulipas y Campeche. De esa comunidad, menos de la tercera parte habla también español y son en su mayoría varones (las mujeres adultas son monolingües), lo cual se puede explicar por el aislamiento de la comunidad menonita con respecto a sus vecinos. Asimismo, aunque se estima que la población de gitanos en el país debía ascender a unos 16 mil individuos; el ILV calcula que de ellos, unos cinco mil hablan el idioma romaní o caló.

Hoy en día la gente en Chipilo todavía habla la lengua véneta de sus bisabuelos, cuyos propios hablantes le suelen llamar chipileño. La variante véneta que se habla es el feltrino-belunés. Resulta sorprendente que el véneto chipileño no haya sido muy influido por el español, en comparación con cómo ha sido alterado en Italia por el italiano. Aunque el gobierno estatal no lo ha reconocido, por el número de hablantes, el dialecto véneto es una lengua minoritaria de inmigración en Puebla y se estiman unos 5000 hablantes. Sin embargo, desde hace algunos años los chipileños están trabajando por el reconocimiento de su lengua con pláticas con el INAH y sobre todo con el trabajo cultural que realizan de manera constante a pesar del racismo y la discriminación que reciben por parte de las autoridades del estado y por los profesores monolingües que desconocen el idioma véneto de Chipilo.

Sobre las lenguas ibéricas habladas en México, se tiene registro del uso del catalán, vasco y gallego. Los hablantes de estas lenguas son principalmente gente de edad avanzada que llegó a México a causa de la Guerra Civil Española, y también estas lenguas son habladas en menor escala por algunos de sus hijos y nietos que ya son mexicanos de nacimiento y por nuevos migrantes españoles que han arribado al país en los últimos años. El catalán es el idioma ibérico más hablado en México, según fuentes de la comunidad catalana estiman un aproximado de 12 000 hablantes que se concentran en México DF, PueblaQuintana RooBaja CaliforniaColimaJalisco y Sinaloa, la segunda lengua ibérica es el vasco con 8500 hablantes dispersos en el Distrito Federal, Estado de MéxicoNuevo LeónCoahuila, Jalisco, Colima y Oaxaca, y la tercera el gallego con 6 000 hablantes dispersos principalmente en el Distrito Federal, Estado de México, Veracruz y Jalisco. Del asturiano y del extremeño, muchas de sus palabras se mantienen presentes en el léxico hablado por los mexicanos; muy en partícular los las regiones Centro y Bajío. Otro idioma ibérico hablado en México es el ladino o judeoespañol, lengua de las comunidades sefardíes de México.

Exíste una importante comunidad china en el país, entre las que destacan el barrio chino de la Ciudad de México que cuenta con unas 3000 familias de chinos, otros asiáticos y sus descendientes;17 y, La Chinesca de Mexicali,18 con una población de unos 5 000 chinos cantoneses y sus descendientes; esta comunidad publica un periódico semanario en chinocantonés el Kiu Lum, el cantonés y el mandarín es enseñado a los niños dentro de la Asociación que mandó construir la comunidad china de Mexicali.19

La comunidad judía de la Ciudad de México, mayoritariamente askenazí, ha impulsado la educación multilingüe entre los niños y jóvenes de su comunidad; los estudiantes, en su mayoría asisten a colegios privados donde se les enseña español, inglés y hebreo, estas materias son impartidas de forma obligatoria para poder obtener el grado escolar, así mismo los colegios judíos mexicanos cuentan con señalización trilingüe y periódicos en lengua hebrea para los padres de dichos estudiantes. Al mismo tiempo el programa se diseñado para la reciente inmigración de judíos de otros países, que se desplazaron a México y la comunidad judía pueda ofertar una educación acorde a la visión cultural de esta comunidad.20

Por otra parte, se sabe de la presencia de comunidades importantes de hablantes del francésalemánitalianorusoportuguésárabehebreogriegosuecorumanochino,japonésfilipino y coreano, aunque el ILV no presenta datos que permitan exponer una cifra acerca de su peso en las estadísticas pero los estudios que se tienen también se estiman en base a los datos que establecen estas comunidades así mismo como los de la secretaría de migración que también arroja datos aproximados. En la misma situación se encuentran muchos grupos indígenas no nativos de México y cuyas lenguas no fueron consideradas nacionales por la legislación del país —cosa que sí ocurrió, por ejemplo, con las lenguas de los refugiados guatemaltecos—. En este caso está una importante comunidad de ecuatorianos y peruanos hablantes de quechua asentados en el Distrito Federal,Estado de MéxicoMorelos y Puebla.

Entre la frontera México-Estados Unidos, hay presencia de lenguas norteamericanas como el kikapú, el kumiai y el pápago que se hablan entre ambos países y que también han sido reconocidas como lenguas nacionales. Sin embargo, después del exterminio o etnocidio de las diversas tribus apaches en territorio mexicano. En el censo parcial de población realizado por el INEGI en el 2005, se registró grupos indígenas no nativos de México, entre ellos 640 hablantes de afro-seminola, 37 hablantes de navajo, 22 hablantes de apache mescalero, 12 hablantes de yavapai en los estados de ChihuahuaSonoraCoahuila y Baja California con un trilingüismo muy marcado entre los indígenas de la frontera México-Estados Unidos; en el caso de los navajos se dio por intereses comerciales que tienen con mexicanos en la venta de lana o forraje para ganado y en el caso de los apaches se dio por la reintroducción del búfalo americano en las reservas naturales del cañón de Santa Helena y Boquillas del Carmen que se ubican en las riberas sureñas del Río Bravo donde seis familias indígenas pertenecientes a esta etnia decidieron vivir de nueva cuenta en territorio mexicano sin importar los problemas fronterizos como en antaño vivían sus ancestros en las vastas llanuras del desierto chihuahuense.

Aunque México se reconoce, según sus leyes, como un país multicultural y determinado a la protección de las lenguas de sus diversos pueblos, no ha dado personalidad legal a las comunidades lingüísticas enumeradas en este apartado. La ley mexicana no contempla protección o promoción para estos idiomas, aun cuando forman parte de la identidad de un grupo de ciudadanos mexicanos. Cabe notar que en este punto, la legislación mexicana es equiparable respecto a las legislaciones de la mayoría de los países occidentales, en donde las lenguas de inmigrantes relativamente recientes, o marginales poblacionalmente, tienden a no ser consideradas como lenguas nacionales en riesgo, y por lo tanto, dignas de protección.